·¿Cuánto tiempo lo voy a usar?
·¿Realmente lo necesito?
·¿De qué materiales está hecho?
·¿Cómo lo voy a tirar cuando ya no lo use?
·¿Se han respetado los derechos humanos de las personas que trabajaron en la extracción de la materia prima y en los procesos de fabricación?
Éstas y otras preguntas han sido parte de las reflexiones en las que han participado en los talleres “Haki” de Enero y Febrero, cerca de 400 estudiantes de los colegios de primaria de Menorca como el Mare de Deu del Toro de Mercadal, Pere Casasnovas y Margalida Florit de Ciutadella, Mestre Durán de Alaior, Sant Francesc de Ferreries, y de Mallorca, como el Badies, de Badia Gran y Son Juny de Sant Joan.
La enriquecedora participación del alumnado y el profesorado nos ha permitido construir una comprensión completa sobre nuestra manera de consumir.
Descubrir también ese vínculo invisible que conecta nuestros dispositivos electrónicos con miles de personas que se ven esclavizadas laboralmente, en el saqueo de recursos naturales como es el caso del coltán, en la República Democrática del Congo.
El grupo educativo también ha podido conocer cómo en ese círculo perverso de extracción- fabricación- consumo y deshecho, de aparatos electrónicos, nos encontramos con el continente africano, en su punto de partida y de regreso.
Es el continente africano el lugar donde los países del “primer mundo” han generado uno de los basureros tecnológicos más grandes del mundo, como es el caso del cementerio electrónico de Agbogbloshie, en Ghana, generando una auténtica catástrofe ecológica y humanitaria.
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